Un Mar de Opiniones: Experiencias Variadas en Craig Road Animal Hospital
Craig Road Animal Hospital, ubicado en 5051 W Craig Rd, Las Vegas, NV 89130, ha generado una considerable ola de reseñas y opiniones online. Con una calificación promedio de 4.0 estrellas, el hospital parece dividir a sus clientes. Mientras que algunos lo alaban por su compasión y cuidado excepcional, otros expresan graves preocupaciones sobre la ética, la comunicación y la calidad de la atención recibida. Las amplias horas de operación, que incluyen fines de semana y tardes, son una facilidad bien recibida por los dueños de mascotas ocupados, facilitando el acceso a atención veterinaria. La accesibilidad del centro, con entrada, estacionamiento y sanitarios adaptados, es un punto a favor para pacientes con movilidad reducida.
La página de Craig Road Animal Hospital indica que se recomienda concertar cita, lo cual es ideal para una mejor organización y manejo de los pacientes. Call center a veces dificil de contactar por los clientes leales. La disponibilidad panorámica de servicios (sanitarios, facilidad para programar) son beneficios valiosos que brindan comodidad adicional para los dueños de mascotas y sus acompañantes.
La Sombra de la Controversia: Un Caso de Consentimiento Negado
Una reseña, particularmente impactante, relata una experiencia devastadora relacionada con el consentimiento informado. La clienta, después de recibir dos presupuestos para un tratamiento dental de su perro, y haber rechazado explícitamente la extracción de dientes en los formularios de consentimiento, se encontró con que, a pesar de repetidas confirmaciones de la recepción y adición de sus indicaciones al expediente del animal, el hospital procedió a extraer 35 dientes sin su autorización. Esto, sumado a la administración de una vacuna contra el moquillo que tampoco fue aprobada, y a la subsecuente aparición de tos de perrera en el animal, ha generado una queja formal ante el Consejo Veterinario y un profundo sentimiento de traición. La falta de seguimiento al protocolo, donde se omite la comunicación con el propietario antes de realizar procedimientos no consentidos, es un motivo de gran preocupación ética. A pesar de la defensa del doctor Kurt Mychajlonka sobre la importancia de detener el procedimiento ante la falta de respuesta, la situación destaca una falla grave en la comunicación y el respeto por la autonomía del cliente. Su experiencia subraya el riesgo de confiar ciegamente en la capacidad de un veterinario para tomar decisiones importantes en nombre del propietario sin su aprobación explícita.
No obstante, este caso está aislado y no especifica si se trata de un hecho puntual o una práctica habitual en el hospital.
Un Oasis de Compasión: Historias de Empatía en Momentos Difíciles
No todas las experiencias en Craig Road Animal Hospital son negativas. Varias reseñas destacan la profesionalidad, la amabilidad y la compasión del personal, especialmente en situaciones de duelo y despedida. Un cliente gratamente sorprendido relata la dedicación y la ternura mostrada por el personal al ayudarlo a tomar la difícil decisión de despedir a su perro, encontrando apoyo y consuelo en un momento tan doloroso. La atención personalizada, la escucha activa y la sensibilidad hacia el sufrimiento del propietario son atributos que resuenan en estas reseñas, evidenciando un compromiso genuino con el bienestar emocional de los clientes. También se destaca el gesto humano de enviar una tarjeta de pésame firmada por todo el equipo, un detalle que generó una profunda gratitud en el cliente. La asistencia a un cliente en la decision de finiquitar a una paciente terminando con una salud mala y progresión muy breve en el tratamiento es un bono que hace que esta experiencia sea bastante valiosa para el cliente.
Largas Esperas y Falta de Comunicación: Áreas de Mejora
A pesar de las experiencias positivas, algunas reseñas señalan problemas de organización y comunicación. Un cliente, esperando más de dos horas para una consulta sobre diarrea de su perro, sintió que fue ignorado y olvidado. La falta de información sobre el progreso del diagnóstico, la incapacidad de contactar al veterinario y la ausencia de una actualización por parte del personal, generaron frustración y ansiedad. Similarmente, otro cliente expresa su decepción por la falta de intento por parte de la doctora Goldfield de hacer sentir cómodo a su perro durante el examen, y por la tardanza en realizar el diagnóstico. Estas críticas sugieren la necesidad de mejorar los procesos de atención, optimizar la comunicación con los clientes y capacitar al personal en técnicas de manejo de animales sensibles y nerviosos. La deficiencia en el manejo de largas esperas y actualización constante del estado del asunto es un foco dento que debería de ser revisado continuamente.